El jardín del Amor (1633 - 1634) (Pedro Pablo Rubens)
Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid (España)
"Un cuadro rebosante de la felicidad del amor: el artista viudo contrae matrimonio con una joven de 16 años, se siente rejuvenecido, multiplica sobre el lienzo las representaciones de su esposa y de sí mismo, y da a su felicidad una apariencia intemporal con los amorcillos y el edificio antiguo. Este cuadro de su vida privada (198 por 283 cm.) se encuentra en el madrileño Museo del Prado. (...).
El cuadro habla de la riqueza y la vida social, del placer y la alegría de vivir. A la izquierda un hombre rodea suavemente el talle de su compañera rubia e intenta convencer a la indecisa. A la derecha una pareja ricamente vestida está bajando la escalera y en el centro un grupo de mujeres están escuchando al tañedor del laúd."
("Los secretos de las obras de arte". Rose-Marie & Rainer Hagen. Taschen
El jardín del Amor
1630 - 1635. Óleo sobre lienzo, 199 x 286 cm.
El Jardín del amor es una de las obras más representativas de la última etapa de Rubens y una de las más conocidas por la repercusión que tuvo en la configuración del estilo rococó. En un jardín particular, delimitado por diferentes elementos arquitectónicos, un conjunto de personas se reúnen formando grupos. Sus vestidos son elegantes, igual que sus maneras de comportarse y de mirarse. Tras ellos vemos un templete clásico, de columnas anilladas y atlantes, en cuyo interior aparece, sobre una venera, una escultura que representa a las Tres Gracias. Éstas simbolizan el amor, la belleza, la sensualidad y la fertilidad, lo que ha llevado a relacionar esta obra con el segundo matrimonio del
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["El Jardín del amor es una de las obras más representativas de la última etapa de Rubens y una de las más conocidas por la repercusión que tuvo en la configuración del estilo rococó. En un jardín particular, delimitado por diferentes elementos arquitectónicos, un conjunto de personas se reúnen formando grupos. Sus vestidos son elegantes, igual que sus maneras de comportarse y de mirarse. Tras ellos vemos un templete clásico, de columnas anilladas y atlantes, en cuyo interior aparece, sobre una venera, una escultura que representa a las Tres Gracias. Éstas simbolizan el amor, la belleza, la sensualidad y la fertilidad, lo que ha llevado a relacionar esta obra con el segundo matrimonio del artista con Helena Fourment, acaecido en 1630, cuyas facciones vemos en la mujer vestida de azul en el centro de la composición. Esto se enfatiza aún más con la presencia de Juno, diosa protectora del matrimonio, representada como fuente sobre un animal marino.
A pesar de lo real de la composición, lo que Rubens nos muestra es un grupo de personas entremezcladas con personajes mitológicos, los "cupidos", que revolotean por toda la escena, entregando flores a algunos de los personajes. La mitología y la realidad se vuelven a unir como sucede con el Baile de personajes mitológicos y aldeanos, realizada por las mismas fechas. Mostrando realidad y mitología unidas, Rubens nos lleva a otro mundo donde se recrea en la alegría de vivir, el amor y la galantería que impregnaba tanto la literatura clásica, fundamentalmente en la literatura pastoril, como la escrita en el siglo XVI en obras como Il cortegiano de B. Castiglione (1528) o Civile Conversazione de S. Guazzo (1574), donde los valores morales y elegantes primaban por encima de todo.